jueves, 5 de julio de 2018

El comienzo de tu día y el final.

Nervios, nervios. Es lo que sientes desde el momento en que sabías lo que ibas hacer en una semana. Tan sólo una semana para verle y poder abrazarlo. Una semana, en la  que tienes que autoconvencerte a ti misma de que no va a pasar nada, que tienes que tranquilizarte. Tienes nervios pero no sólo por ir en avión, si no por si él se cansa de ti, por si no encajas en su vida o no quiere que su día a día sea contigo.

Justo cuando llega el momento vas al aeropuerto, coges el avión, vale,  todo bien. Estás algo más tranquila, quieres verlo, es lo que más hace que tu corazón se acelere y que haga que sonrías como una tonta esperando a llegar para poder abrazarlo y comerlo a besos. Pasan las horas y llegas. Bajas del avión, " Dios en nada estoy con él, sólo unos minutos." Lo ves, se te acelera el corazón, sonríes más, no lo puedes evitar, te abraza, lo miras, lo besas. " como lo echaba de menos" piensas. Tienes la sensación de que hacía mucho tiempo que no lo veías. 10 días,  contando sus horas, minutos y segundos.

No puedes creerlo, tantos nervios y tanto tiempo esperando esto. No quieres que él se arrepienta de que estás allí. 

Esa noche, dormiste tranquila, relajada, en su hombro. Es como si con él , el tiempo se parase y fuera vuestro, pero al mismo tiempo las horas siguen pasando, cada vez más rápido y lo que te parecía un día en realidad era una semana. 

Londres, que bonita eres, sobretodo si la ves desde el reflejo de sus ojos cuando le da el sol. Que atardeceres,  que sitio más maravilloso, sobretodo si él te cuenta las historias que hay detrás. En otro momento no te interesarían, pero él lo cuenta de una manera que hace que  todo se quede grabado en tu mente.

Muchas sensaciones en tan poco tiempo, recorrer Londres agarrada de su mano, dar paseos,  ir en moto con el aire golpeandote en la cara mirando todo el paisaje, los atardeceres, ver Londres de noche, pero sobretodo abrazada a él. 

Te gustaba cuando por la mañana te despertabas temprano porque él se tenía que ir y lo ayudabas con las cosas, después no eras capaz de dormir porque te faltaba algo, sus sábanas olían a él, a su colonia..puf.. que bien huele. Cuando estaba contigo no podías dejar de mirarlo hasta cuando no se daba cuenta, no podías evitar abrazarlo o besarlo, agarrar su mano, achucharlo, sonreir, hacerlo reír, contarle muchas cosas y él a ti, coincidir en algunas y ser opuestos en otras. 

El último día antes de irte, no dormiste nada y empezaste a recordar todo lo que hicisteis cada día, sábado, domingo, lunes, martes etc. Te salió una lagrima al recordar todo, no de tristeza, si no de pensar que todos esos días fuiste la persona más feliz del mundo. Él hizo y hace que todo sea mucho más fácil. Tanto como si estás lejos como si estás cerca. 

" Nos vemos pronto" fueron las últimas palabras antes de marcharme. Ya lo echas de menos y aún no subiste al avión. 

¿ Que te pasa ? Él es  una persona que está significando mucho para ti, que hace que un mensaje suyo te alegre el día desde que lo recibes. Que saber cuando lo vas a ver, hace que cuentes los días que faltan,  que marques en el calendario un " Por fin." 

Quieres sorprenderlo, tienes una idea  pero no lo suficientemente buena como para que se quede con la boca abierta. Tus ganas de verlo cada día van más en aumento y te da igual que tengas que esperar 10,20, 30 días,  si cuando lo ves eres la persona más feliz que puede existir. No sabes que pudo hacer para sentirte así,  para que sueñes con él, para que a la hora de irte a dormir sea en la última persona en la que pienses y cuando te levantas sea la primera en la que pienses. Él es el comienzo de tu día y el final. El motivo de tus sonrisas.